Más de 8 horas sentado todos los días: un problema de salud ocupacional

Hoy día existe un grave problema relacionado con la salud y la seguridad de los trabajadores, un problema que un número muy elevado de personas sufren cada día y al que no se le presta la debida atención. Nos referimos a esa clase de empleos sedentarios que obligan a los trabajadores a permanecer durante horas sentado frente a una computadora. Permanecer inmóviles durante periodos de tiempo prolongados no es saludable. Al contrario, puede tener consecuencias negativas en la salud, llegando a propiciar la aparición de algunas enfermedades.

Aquellas personas que se vean en esta situación tienen motivos para preocuparse. Está en sus manos ponerle remedio. La mejor forma de compensar esta falta de movimiento en el trabajo es con la práctica frecuente de ejercicios físicos. Pero después hablaremos de esto. Primero vamos a enumerar los riesgos y las posibles enfermedades que podrían conllevar una vida en la que nos pasemos sentados la mayor parte del día.

  • Enfermedades cardiovasculares: se calcula que una persona que se pasa una media de 8 horas al día sentada tendrá aproximadamente el doble de probabilidades de sufrir este tipo de enfermedades del corazón.
  • Insulina alta: la falta de actividad y de movimiento impide que la insulina (hormona producida por el páncreas que determina el nivel de glucosa en la sangre) se comporte correctamente.
  • Cáncer: varios estudios han demostrado que la falta de actividad física, o el sedentarismo, incrementa el riesgo de cáncer, sobre todo de colon o endometrio.
  • Circulación deficiente: la falta de movimiento implica problemas en la circulación de la sangre, y ésta conlleva la aparición de varices.
  • Pérdida de la musculatura: aunque afecta más a unos músculos que a otros, todo el tono muscular, en general, se atrofia y se debilita. Esto provoca rigidez y contracturas, que pueden llegar a ser dolorosas.

Aparte de lo anterior, la actividad física y el movimiento muscular hace que bombee la sangre y el oxígeno renovado a los órganos. Cuando esto sucede, en el cerebro tienen lugar reacciones químicas que mejoran nuestro estado de ánimo y nuestra predisposición general. El sedentarismo radical, por tanto, también afecta a nuestro cerebro. Además, el hecho de permanecer en una misma posición tal cantidad de horas un día tras otro, puede afectarnos negativamente a nuestro ánimo, y hacer bajar la autoestima.

¿Existen soluciones? ¡Sí!

Estudios recientes han puesto de manifiesto que cada día que pasemos al menos 8 horas sentado, podemos compensarlo con una hora de actividad física. No se trata de algo intensivo, simplemente caminar o montar en bicicleta es suficiente. Además, es fundamental realizar pequeños estiramientos y ejercicios a lo largo de la misma jornada laboral, para desentumecer los músculos, y evitar su sufrimiento. Levantarse del asiento y dar unos pasos cada dos o tres horas es una buena opción. La actividad física y el deporte es una herramienta de prevención muy eficaz ante las enfermedades. Su importancia es aún mayor en el caso de trabajadores que se ven obligados a soportar largas jornadas de trabajo cada día sin apenas movimiento.

Tal y como decíamos al comienzo de este artículo, este es un problema que apunta directamente a la salud de los trabajadores, y al que no se le ha dado toda la trascendencia que tiene. En las sociedades más avanzadas, las personas que trabajan sentadas durante horas son mayoría, y la tendencia es al alza. No debemos pasarlo por alto, y sí tener en cuenta tanto los riesgos como las soluciones que hemos señalado en el artículo.