
Sobre los primeros auxilios
Conocemos el término, pero ¿sabemos definirlo? Los primeros auxilios son aquellos cuidados básicos e inmediatos hacia la persona accidentada o con enfermedad, en el mismo lugar del suceso, con la idea de preservar su vida y evitar complicaciones, hasta la llegada de un profesional de la salud.
Es muy posible que alguna vez nos hayamos visto envueltos en alguna situación que haya requerido de la aplicación de primeros auxilios. Estos episodios pueden suceder en el momento más inesperado, por lo que es muy positivo tener algunas nociones básicas.
Los casos más comunes que suelen requerir este tipo de asistencia son fracturas, quemaduras, hemorragias y asfixia por atragantamiento.
Si nos vemos implicados en alguna situación de emergencia, lo primero es saber mantener la calma todo lo posible. Si permitimos que los nervios nos dominen, acabaremos por dificultar la situación y perjudicar finalmente al lesionado. Posteriormente, hay que analizar la escena en la que ha tenido lugar el suceso. Hay que asegurarse de que el peligro, tanto para la víctima, como para quien auxilia, ha finalizado. Luego hay que evaluar a la víctima, para establecer prioridades en su atención. En esta fase hay que observar si tiene pulso, si tiene dificultades respiratorias, si hay hemorragia, si hay quemaduras, si hay fracturas o si tan solo se trata de heridas leves. Durante toda la secuencia, dentro de lo posible, se debe tratar de tranquilizar al accidentado mientras llegan los profesionales.
¿Qué medidas se deben tomar?
En caso de quemaduras:
- Enfriar la zona aplicando agua fría; bajo ningún concepto debemos emplear hielo.
- Si la zona afectada no compromete las vías respiratorias, es positivo dar de beber líquidos.
- Proteger y aislar las zonas quemadas con gasa limpia y preferiblemente húmeda.
Para hemorragias:
- Lo primero, presionar sobre la herida, por medio de una gasa limpia, durante aproximadamente diez minutos.
- En caso de que la hemorragia tenga lugar en alguna extremidad, proceder a la elevación, a la vez que se presiona sobre la herida.
- Si se consigue detener la hemorragia, vendar la herida.
En caso de fracturas:
- Localizar la fractura.
- Inmovilizar la región afectada, en posición normal, de la forma menos traumática posible, por medio de tablillas o cartones.
- Cuando hay sospechas de que la fractura pudiera tener lugar en la columna vertebral, no mover a la víctima bajo ninguna circunstancia.
Atragantamiento:
- Cuando la víctima de un atragantamiento (accidente mucho más común de lo que nos creemos), tose tratando de expulsar el objeto, no debemos intervenir en el proceso. Más bien, debemos estar a su lado e insuflar ánimos durante el proceso.
- Ahora bien, si comprobamos que va perdiendo fuerzas y no tiene éxito en la expulsión, debemos intervenir aplicando la maniobra de Heimlich.
Esta maniobra es esencial para la atención de personas que se están ahogando. Su conocimiento y correcta aplicación, podría salvar la vida de alguien en tan solo unos pocos segundos. Es una acción sencilla y contundente destinada a la extracción de objetos sólidos de las vías respiratorias de la víctima, generalmente alimentos.
Pasos de la maniobra de Heimlich:
- Situarse tras la víctima, y rodear su cintura con nuestros brazos.
- Una de nuestras manos, ha de posicionarse en forma de puño, y situarla aproximadamente dos dedos por encima del ombligo, quedando nuestro dedo pulgar sobre el abdomen.
- Con la otra mano se envuelve el puño que hemos posicionado tal y como se describe abajo.
- Presionar fuertemente, haciendo fuerza con ambos brazos, hacia dentro y hacia arriba, para seguidamente aflojar la presión, repitiendo la secuencia una y otra vez, sin alterar la posición establecida, hasta la expulsión del objeto.
Todo este artículo contiene medidas y recomendaciones que a cualquiera le viene bien conocer, ya que vernos en una situación en la que debamos aplicar primeros auxilios es algo que puede suceder en cualquier momento.